El Manjar de Talamanca fue el escenario elegido por Diego y Pili para celebrar su enlace. Había grandes dosis de nervios y emoción. Diego no paraba de sudar mientras esperaba impaciente a su futura mujer. La novia llegaba del brazo de su padre en una espectacular limusina blanca. La emoción contagió a los novios y a muchos de sus familiares y las lágrimas empezaron a ser visibles en sus rostros.
Encontrarse con una concentración de motos Vespa por las calles de Alcalá de Henares no tiene precio. En cualquier boda pueden suceder varias sorpresas y hay que estar preparado. Paseando por la ciudad que vio nacer a Cervantes camino de la universidad nos sorprendió una concentración de motos Vespa de todos los modelos imaginables. Grandes, pequeñas, de todos los colores, clásicas, nuevas, etc…
Acompañados de amigos y familiares David y Paloma celebraron su boda en una tarde calurosa llena de emoción y buenos momentos. Esta es una bonita historia de amor de dos personas que la vida les ha vuelto a reunir. Por eso han decido emprender un nuevo camino formando una gran familia. Sus miradas de emoción y su cara de felicidad hablan por sí solas.
En un entorno privilegiado de la Venta la Rubia en Madrid y en un día lleno de luz y color Dani y María sellaron su compromiso rodeados de amigos y familiares. Transmitían ilusión y complicidad y contagiaron a todos sus invitados con la sonrisa imborrable de sus rostros.
Un día recibí una llamada para decirme que iba a ser el fotógrafo de la boda de la Duquesa de Alba con Alfonso Díez. Al principio me costó tragar saliva ante el reto que tenía delante. Por otro lado, estaba orgulloso y agradecido por depositar esa confianza en mí.
Pocas veces tienes la oportunidad de poder fotografiar una boda de estas características. No suele ser muy frecuente encontrar a una novia que pase por el altar a los 85 años.
La complicidad de los novios y las ganas de pasarlo bien son dos ingredientes que si los juntas no hacen más que complementarse y ayudar a que todo fluya. Gracias Borja y Cristina por conseguir que todo fuera perfecto.
Hay bodas que sabes que serán especiales, porque los novios empeñan su cariño y su ilusión en que así sea. Porque ese día jamás se repetirá, porque la vida, hay veces, que no puede darte segundas oportunidades. Haber ayudado con mis fotos a plasmar sobre un papel las emociones de aquel día es un recuerdo inolvidable y algo que me enorgullece gratamente.
Hacer la boda de tu hermana es siempre un orgullo, pero cuando además es la más pequeña, las emociones se multiplican. Sentimientos y recuerdos hacen que disfrutes viendo a los novios sonreir y que ellos lo hagan mirando a tu objetivo. Realmente fue un día lleno de emociones y el resultado es el mejor de los ejemplos.
Pocas cosas hay más gratificantes para un fotógrafo que unos novios con mucho arte. Cuando alguien te sonríe a la cámara sintiéndose artista, tú sólo tienes que encuadrar, enfocar y disparar. Hay bodas que no se te olvidan y ésta es una de ella.
Igor y Elena son una pareja sencilla y discreta. Me llamaron sólo un mes antes de su boda y me dijeron que confiaban en mí para que plasmase en imágenes lo que sucediera el día mas importante de sus vidas. En un par de encuentros previos, junto a un riquísimo brownie de chocolate, pude captar en parte sus gustos, sus sensaciones, sus inquietudes…. en definitiva, la personalidad de cada uno de ellos para reflejarlo en las fotos del día de su boda. Vi que era gente sencilla y discreta y no les gustaban las grandes parafernalias.