Lo primero que llama la atención de este niño son sus preciosos ojos azules y su pelo rubio. Y también su cara de bueno y de pillo al mismo tiempo. Lo que le hace muy interesante a la hora de hacerle fotos. Al comenzar la sesión fue que cuando fuese mayor quería ser fotógrafo. Yo le contesté que me parecía muy buena idea y que le podría ayudar y enseñar algún «truquillo». Cuando terminamos le presté mi cámara y pude comprobar que tiene madera de artista.